El blog de Pepe Promedio

Educación financiera, imprescindible para todos y para todo

Que la educación financiera es esencial para el día a día es algo que cada vez queda más claro. Uno de los últimos ejemplos lo hemos visto a raíz de la pandemia. Ante el pánico y la incertidumbre, hasta un 36% de los hogares españoles gastaron todos sus ahorros durante el primer mes de confinamiento. Esto nos dice dos cosas, la primera es que la mayoría de las personas no llevan a cabo un ahorro efectivo, y la segunda es que con frecuencia no sabemos gestionar bien lo que tenemos.

Sin embargo, no todo está perdido. Nunca es tarde para aprender de finanzas, y hoy en día es mucho más sencillo gracias al desarrollo digital y de iniciativas relacionadas con este tema.

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¿Qué es la educación financiera y por qué es importante para ti?

Con este término hacemos referencia a la capacidad que tiene una persona para entender el funcionamiento del dinero y de las finanzas personales.

Vivimos en sociedades capitalistas que cada vez se hacen más complejas, y nos enfrentamos a servicios financieros que no siempre somos capaces de entender. El resultado es que muchas personas no son capaces de sacarle a sus ahorros todo el rendimiento que podrían y disfrutar así de libertad financiera.

De hecho, en algunos casos la falta de conocimientos sobre aspectos básicos relacionados con las finanzas nos puede llevar a graves problemas como el sobreendeudamiento.

Si la educación financiera es tan importante es precisamente porque puede ayudar a cambiar nuestra manera de ver y entender nuestra relación con el dinero, de forma que seamos nosotros mismos los artífices de nuestro futuro en lugar de depender de terceros. Por ejemplo, ¿por qué preocuparnos por cómo serán las pensiones cuándo nos jubilemos si podemos empezar ahora a crear por nosotros mismos un buen colchón económico que nos permita dejar la vida laboral cuando nos apetezca?

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La necesidad de adaptar la educación financiera en cada etapa del ciclo de vida

A lo largo de nuestra vida pasamos por diferentes etapas como la infancia o la adolescencia, y lo mismo ocurre con nuestra educación en finanzas, que tiene su propio ciclo de vida.

  • Infancia: es un período de aprendizaje. En esta etapa deberíamos aprender patrones básicos sobre el comportamiento del dinero y acercar el conocimiento financiero a los niños por vía del lenguaje que a ellos les resulta más asequible: los cuentos. De esta forma, estaríamos incorporando contenidos financieros sencillos desde la Educación Infantil y primer ciclo de primaria a través del sistema de lecto‐escritura y con el apoyo de imágenes y audiovisuales sencillos.
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  • Adolescencia y juventud: en estas etapas nos encontramos en que ya necesitamos contar con nuestro propio dinero para sufragar ciertos gastos como el ocio. En esta época sería bueno que los jóvenes aprendieran a administrar de forma más autónoma sus recursos, ya provengan estos de una “paga” o de un trabajo.
  • Edad adulta: en la fase inicial de la edad adulta damos el difícil paso de ser independientes económicamente, y en la fase de desarrollo tomamos importantes decisiones financieras como la compra de una vivienda. Si hasta ese momento hemos hecho un buen aprendizaje y aprendido a gestionar nuestros recursos, no deberíamos tener problema para acceder a una vivienda con un precio acorde a nuestras posibilidades.
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  • Consolidación profesional: entre los 55 y los 65 años los ingresos familiares se van estabilizando, fenómeno que hay que aprovechar para reducir gastos y trabajar en el ahorro de cara a la jubilación.
  • Madurez: si hemos gestionado bien nuestras finanzas, cuando llegue el momento de decirle adiós a la vida activa no deberíamos tener problema para jubilarnos y poder vivir tranquilamente con lo que tengamos ahorrado y la pensión pública que nos corresponda.

Cómo afecta la educación financiera a todos los ámbitos de la vida

Aunque el dinero no da la felicidad, si nos puede traer tranquilidad. De hecho, existe una fuerte relación entre la salud financiera y la salud física y psicológica de las personas.

Una mala salud financiera puede ser causa directa de problemas de salud a nivel físico e incluso mental. No es nada extraño que personas que están pasando apuros económicos desarrollen importantes cuadros de estrés y ansiedad que pueden influir o derivar en patologías como enfermedades cardiovasculares.

La educación financiera desde las empresas

Este estrés económico al que acabamos de hacer referencia tiene además una influencia directa en las empresas, ya que los empleados con preocupaciones económicas rinden menos y son menos productivos. Además, se suelen ausentar más de su puesto de trabajo.

Por suerte, las empresas empiezan a ser conscientes de esto y cada vez es más frecuente que inviertan en mejorar la educación financiera de sus empleados a través de cursos y actividades. Esto les reporta beneficios a diferentes niveles. El principal es que los trabajadores aumentan su productividad y la empresa mejora su imagen, pero también se produce una reducción de costes en el área de Recursos Humanos, al disminuir los niveles de absentismo y las peticiones de empleados de adelantos de salarios.

El efecto sobre el emprendimiento

Seguro que ya te has dado cuenta de que el mercado laboral español tiene una característica nada positiva, y es que le cuesta absorber a determinados colectivos. Los jóvenes, las mujeres, los desempleados de larga duración y los mayores de 45 años lo tienen muy complicado para volver al mercado de trabajo si pierden su empleo, lo que da lugar a que las cifras de paro sean bastante altas.

Una buena forma de luchar contra el desempleo es que parte de esas personas que no encuentran encaje en el mercado laboral emprendan su propio negocio y se conviertan a sí mismas en empleadores de otros.

Pero emprender no es una tarea sencilla. Quien asume este reto no solo tiene que estar al tanto de cuestiones tan diversas como los impuestos que ha de pagar, el marketing que debería realizar, hacer análisis de mercado, etc. Uno los grandes retos que asume el emprendedor es ser capaz de administrar bien sus recursos económicos, y para ello tiene que contar previamente con una buena educación financiera.

¿Cómo puedes mejorar tu educación financiera?

Aunque las finanzas te parezcan algo muy complicado de entender, lo cierto es que no lo son tanto. Manejando algunos conceptos básicos puedes hacer una gestión mucho mejor de tus recursos económicos.

Lo bueno es que tenemos a nuestra disposición diferentes medios con los que ir aumentando nuestros conocimientos poco a poco. Un buen canal de información es la web finanzasparatodos.es, que se puso en marcha dentro del Plan Nacional de Educación Financiera.

Además, existen muchos blogs y medios online en los que puedes hacer un acercamiento a los temas financieros desde un punto de vista más amigable y sencillo (nuestro blog es un buen ejemplo de ello). 

A medida que vayas adquiriendo conocimientos puedes pasar a medios todavía más especializados como los diarios económicos, o leer libros sobre economía y finanzas escritos por eminencias en esta materia.

Por otro lado, como sociedad tenemos el gran reto de asumir la necesidad de inculcar conocimientos sobre finanzas a los más jóvenes. Cada vez son más las voces que hablan de la posibilidad de incluir la educación financiera dentro del programa educativo obligatorio en Secundaria.

La educación financiera debe llegar a ser mucho más transversal de lo que lo es actualmente. Es importante que se ofrezcan vías de aprendizaje flexibles y efectivas para la difusión de conocimientos, facilitando el acceso a la información y una prestación eficaz de servicios. 

Son necesarios los talleres de educación financiera y la difusión de contenidos con un lenguaje cercano y claro a través de canales masivos, pero también hace falta que la educación financiera esté presente en los productos y servicios y en la relación cotidiana con los clientes.

La figura del educador financiero

Para que las finanzas sean accesibles para todos es fundamental una buena educación en esta materia. Pero como no todo el mundo parte con los mismos conocimientos ni tiene las mismas necesidades, la figura del educador financiero se postula como la mejor solución. Si no sabes en qué puede ayudarte este profesional, mira este vídeo en el que el presidente de la Asociación de Educadores y Planificadores Financieros explica cuál es su misión:

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Un experto en educación financiera te ayudará a ir un paso más allá para completar tu formación y te asesorará sobre las mejores opciones sobre tu futuro económico. De esta forma, aunque tú no seas un experto, tendrás muy claro qué es lo que debes hacer y qué no para alcanzar los objetivos financieros que te hayas marcado.

Una buena educación financiera es tan esencial hoy en día como saber leer o escribir. Una habilidad que nos acompañará a lo largo de toda nuestra vida y nos ayudará a que nuestro presente y nuestro futuro estén libres de preocupaciones de tipo económico.

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¿Y AHORA, QUÉ DEBERÍAS HACER?

Queremos explicarte el caso de Luis Pita...

Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.

Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.

Si quieres disfrutar de tanta libertad financiera como yo, te interesa este curso gratuito:

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