Aumenta la esperanza de vida, pero nacen menos niños. Son dos datos preocupantes para el sistema de pensiones de la Seguridad Social. También podrían afectar a aquellos jubilados que, debido a la medida correctora de pensión máxima, perciban menos ingresos al mes que cuando estaban en activo. Para que sepas qué hacer en esos casos y cuáles son las circunstancias que pueden modificar las cuantías de las pensiones, hemos preparado este artículo.
Todo parece apuntar que, en 2040, España se convertirá en el país con mayor esperanza de vida en el mundo. Es una muy buena noticia también para la calidad de vida, que se ve mejorada gracias a los avances sociales. Es decir, viviremos más y mejor. El otro lado de la moneda lo protagonizan la Seguridad Social y los cotizantes del futuro. La primera deberá hacerse cargo de mantener las pensiones por más tiempo. Los segundos disminuirán cada vez más, dado que España también bate récord en bajas cifras de natalidad. De nuevo la Seguridad Social deberá hacer frente a esta circunstancia, que debilitará aún más de lo que está la sostenibilidad de nuestro Sistema Público de Pensiones.
Una pensión se calcula según las condiciones concretas de cada solicitante: sus circunstancias de índole económico, familiar y personal, además de la causa por la que se solicita dicha pensión. Su cálculo es, por tanto, individual; sin embargo, está sujeta a baremos mínimos y máximos. La pensión máxima y mínima se fija cada año según las previsiones que hace el Gobierno. Para el año 2019 se ha fijado un máximo de 2.659,41 euros mensuales —un 1,7% más que el año anterior—, en el caso de las pensiones contributivas. Para las no contributivas, la pensión máxima es de 392 euros. La pensión máxima —también los topes mínimos— se establecen con el objetivo de establecer un reparto equitativo de los recursos.
Estos riesgos demográficos que amenazan nuestro Sistema Público de Pensiones han provocado que las autoridades económicos hayan puesto en marcha algunos cambios que afectan a la pensión máxima. Repasemos, a continuación, los más relevantes: Se retrasa la edad de jubilación: De forma gradual pasará de 65 a 67 años.
Este índice se estableció por ley en 2013 para sustituir al Índice de Precios al Consumo (IPC). La idea es que el IRP funcione como un mecanismo de ajuste que cada año garantice el equilibrio financiero del sistema. La realidad es que este índice todavía no se ha aplicado. El anterior Gobierno —el presidido por Mariano Rajoy— estableció un mínimo de subida. Así, las pensiones suben todos los años un 0,25%. El índice de revalorización de las pensiones está vigente desde el punto de vista legal, aunque no se aplique. Sin embargo, los expertos están preocupados por que se pueda empezar a implantar en el corto plazo. Después de calcular el índice en 2018, aplicarlo habría supuesto una reducción del 2.13% de la cuantía de las pensiones.
Como ya hemos indicado, el factor de sostenibilidad tiene como objetivo ajustar el montante de las pensiones a la esperanza de vida. Calculará la cuantía de la pensión inicial de manera que las sucesivas cuantías que se perciban a lo largo de la vida del pensionista —que dada la esperanza de vida serán más cuotas— sean equivalentes a las percibidas en el momento anterior. Es decir, el factor provoca que los que tengan mayor esperanza de vida obtengan una cuantía menor. Cobrarán menos al mes pero durante más años. Según los datos sobre la esperanza de vida, si se calculara el factor en la actualidad, las pensiones sufrirían rebajas. De nuevo, nos perjudicaría como pensionistas.
Por tanto, a la luz de todo lo expuesto anteriormente, se hace necesario contar con un Plan B que nos asegure obtener los mismos ingresos en la etapa laboral como en la jubilación. Asegurar el nivel de vida reduciendo el impacto de la pensión máxima, y los factores que la afectan, implica contratar un plan de pensiones. Es la forma más segura, aportar mientras tenemos ingresos a un sistema privado, de forma que se complemente la jubilación con otro ingreso. Es una buena idea en cualquier caso, pues la ley contempla que solo se podrá aumentar la pensión máxima —contributiva y no contributiva— en dos casos excepcionales:
En cualquier caso, lo más conveniente es contar con la ayuda y consejo de un asesor financiero. A pesar de las dudas que genera el Sistema Público de Pensiones, por la falta de sostenibilidad, y por la incertidumbre que provoca la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida, un asesor puede ayudarte a decidir el mejor plan privado de pensiones. De este modo, te garantizarías mantener tu nivel de vida sin depender únicamente del sistema público.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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