Si en algún momento te has planteado contratar un seguro médico o seguro de salud, seguro que el agente que te ha atendido te ha hablado del copago. Se trata de un término que conviene que entiendas a la perfección, porque tiene una influencia directa en lo que vas a pagar por la póliza contratada y en los servicios que vas a recibir.
Se trata de un sistema en el que la aseguradora y el asegurado comparten en cierta forma el coste de la atención médica. Esto implica que cada vez que usas un servicio médico vas a tener que pagar una determinada cantidad de dinero que puede variar en función de la asistencia sanitaria que hayas requerido.
Lo vas a ver más claro con un ejemplo. Imagina que contratas una póliza de salud con copago y decides hacer uso de la misma para ver a un especialista en alergología que te manda a hacerte unas pruebas.
En la cuota siguiente pagarás el importe habitual de la póliza más una cantidad extra por la consulta con el alergólogo y las pruebas de la alergia.
Básicamente por dos motivos. El primero de ellos es para poder ofrecer seguros de salud más baratos. Si sumas lo que pagas de póliza más la cuota extra que pagas por ir al especialista, te sigue saliendo más barato que si acudes por tu cuenta a una consulta privada sin tener un seguro médico.
Por otro lado, las compañías también usan este sistema para concienciar a sus clientes de la necesidad de hacer un uso racional de la asistencia sanitaria.
Lo que vas a pagar por cada servicio recibido dependerá de lo que hayas contratado, pero lo habitual es que las aseguradoras establezcan copagos bajos, medios y altos. Es decir, que no vas a pagar lo mismo por ir a hacerte unos análisis que si tienes que estar hospitalizado unos días.
Eso sí, debes saber desde el primer momento cuánto te va a costar cada uno de los servicios recibidos. Además, ten en cuenta que contratar un seguro con copago no quiere decir que la prima del seguro no vaya a subir de un año para otro, porque puede hacerlo.
Esta es una duda que Pepe se planteó en su momento antes de contratar su póliza. Pero al final determinó que, atendiendo a sus condiciones personales, en este momento de su vida le convenía más un seguro con este tipo de cuotas extra.
Pepe está en buen estado de salud y solo acude al médico ocasionalmente. Pagar una póliza sin copago supone un coste demasiado alto y una serie de servicios que, afortunadamente, no necesita usar.
Lo mismo ocurre contigo. Si solo vas al médico ocasionalmente te conviene más escoger la modalidad con copago, porque te va a salir más barata. En caso de que tengas una enfermedad crónica o tengas que ir frecuentemente al médico por otros motivos, al final te sale más económico un seguro sin copago. Valora el uso que vas a darle a la póliza y así sabrás cuál es la mejor opción en tu caso.
Además, si eres autónomo te puedes desgravar el seguro de salud, lo cual es una ventaja añadida.
Ya sabes qué es el copago y cómo funciona. Ahora es momento de que valores si realmente te compensa tener un seguro médico o si, en tu caso, tienes más que suficiente con la atención médica de la sanidad pública. Para valorar si este y otros gastos son innecesarios para ti o si, por el contrario, son una buena inversión, lo mejor es que te dejes asesorar por expertos en finanzas.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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