'Catorce años de lucha que me quita el banco'

La hija de Antonio y Mª Luisa tuvo un accidente laboral hace 14 años y desde entonces está en coma. Le dieron una indemnización, y parte de ella, la metieron en un plazo fijo mientras iban usando el resto según lo iban necesitando para su manutención. "En el banco, me dijeron que lo metiese a cinco años porque con el resto, en ese tiempo no tendríamos que tocarlo", cuenta la madre. Por los medios de comunicación iban conociendo casos de gente que tenía atrapado su dinero en participaciones preferentes. Y por si acaso preguntaron en el banco: "¿Nuestro dinero no será lo mismo?" "Sí", respondieron. La historia se repite una vez más. Los afectados aseguran que nunca les dijeron que el producto fuera a perpetuidad, ni les dieron ningún contrato en los cuatro años que han pasado desde que Mª Luisa firmó por aquel plazo fijo. "Hemos conseguido que la documentación nos la diesen hace un mes. Ahora comprobamos que ni vence a cinco años, ni en otra fecha, en los papeles pone: plazo fijo de por vida", reconoce Antonio. Mª Luisa no niega que firmase los papeles en su momento. Pero asegura que lo hizo confiando en la persona de la entidad que se lo estaba vendiendo que nunca le habó de riesgo. Y pensando que si en el banco le decían que en ese tiempo tendría el dinero, sería verdad. "Ahora dicen que llevaban mucho tiempo vendiendo ese producto y no esperaban esto. Que los primeros perjudicados son ellos". No pueden esperar. Mientras creían que el producto que tenían contratado era un plazo fijo convencional, iban recibiendo unos intereses que destinaban al cuidado de su hija. Pero desde que la entidad fue nacionalizada ya no reciben el cupón, "y necesitamos el dinero. Necesita cuidado 24 horas y no podemos estar así". Eso es lo que recuerdan continuamente, que no era su dinero ni algo que estuvieran en disposición de invertir. "Me costó una lucha de ocho años el juicio con la empresa donde estaba trabajando ella y ahora llega Bankia y se queda con el dinero. 14 años de lucha que ahora me quita el banco". Los 300.000 euros se han convertido ahora en 120.000, y aunque valen menos, siguen retenidos. "Era imposible imaginar que iba a pasar todo esto", repite una y otra vez. Antonio no guarda mucha esperanza ya que desde Bruselas se recuerda a los titulares de preferentes que tendrán que asumir pérdidas. Pero Mª Luisa no lo ve así. "Hay gente que gana sentencias, y yo cumplo todos los requisitos. Ni tengo conocimientos financieros, ni soy inversora". En este sentido, ella asegura que "no ha rellenado" ningún test de conveniencia que afirmase que cumplía con el perfil adecuado para contratar este producto. Sin embargo, fuentes de Bankia aseguran que el test y el resto de la documentación de la venta tienen su firma, e insisten en la responsabilidad que una persona adquiere al firmar unos papeles y en la de leerlos antes de hacerlo. Mientras, en su oficina, afirma Mª Luisa, les garantizan que van a encontrar una solución pronto, a principios de noviembre, "dicen que no se pueden permitir perder tantos clientes". Así pues, la familia cree que en unas semanas recuperarán lo invertido, de lo contrario acudirán a los tribunales.   Fuente: elmundo.es
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