A la hora de alquilar una vivienda nos surgen algunas dudas. ¿Habremos elegido el mejor inquilino? ¿Cuidará mi casa? ¿Me pagará la renta a tiempo? Esta incertidumbre siempre va a estar ahí, pero dejarte llevar por ella impedirá que le saques rendimiento a esa vivienda que tienes vacía. Desde aquí te animamos a que seas valiente y te animes a ganar dinero con el alquiler. Si el inquilino no paga, aquí tienes unas nociones sobre cómo debes actuar y consejos para evitar este problema.
Antes de nada, conviene diferenciar entre impago y retraso. Un retraso puede darse incluso por causas que no son imputables a tu inquilino, como un error del banco. Dale un voto de confianza al arrendatario y deja pasar unos días antes de hablar con él. Si pasados tres o cuatro días desde la fecha máxima de pago no te ha abonado el dinero, habrá que esclarecer si se trata de un impago o es un mero retraso.
Vamos a ver cómo podemos actuar en este tipo de situaciones.
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Intenta hablar con tu inquilino
Hay un viejo dicho que afirma que “hablando se entiende la gente”. Si el pago se ha retrasado más de tres o cuatro días es hora de tener una charla.
Lo mejor en este caso es recurrir al teléfono, pero nada de mensajes, es mucho mejor hablar. Procura llamar a tu inquilino a horas que sepas que no está trabajando ni le vas a molestar.
Mantén siempre un tono amable y empático. Se consigue más siendo asertivo y aceptando sus excusas (aunque realmente no te las creas), que buscando la confrontación. Tu objetivo es que te pague, así que muéstrate receptivo y ofrécele soluciones.
En caso de que no puedas localizarlo por teléfono, llámale alguna vez más en horas diferentes. Si después de tres o cuatro intentos en días diferentes no consigues nada, es posible que te esté dando largas, por lo que hay que buscar otra solución.
Notificación legal
Si el inquilino no paga y no te es posible contactar personalmente con él, el siguiente paso es hacer una notificación legal. Para hacerlo la mejor herramienta es el burofax, que deja constancia de que has intentado hacer la comunicación.
En él indicarás a tu inquilino que se ha producido un impago y le darás un nuevo plazo para que se ponga al día con las rentas debidas.
Esta comunicación es fundamental a efectos legales. Si más tarde tienes que acudir a la vía judicial te servirá como medio para probar que has intentado reclamar el pago extrajudicialmente, así que no te saltes este paso.
Tenemos un artículo dedicado a cómo enviar un burofax que te podrá ser de ayuda en estos casos. No dudes en leerlo.
Acudir a la vía judicial
Es el paso que nadie quiere dar, pero si tu inquilino no se pone al día en las cantidades adeudadas no te queda más remedio que interponer una demanda.
¿Cómo se inicia la vía judicial?
En el burofax del que hablábamos antes le darás a tu inquilino un nuevo plazo de pago. Si no lo respeta, o incluso si no coge la notificación, ha llegado el momento de tomar medidas legales. Siendo lo mejor que te pongas en manos de un especialista en Derecho.
El proceso se inicia con una demanda en la que se busca o bien el pago de las rentas atrasadas o bien directamente el desahucio del inquilino. Esta última opción suele ser la más elegida. Si el arrendatario está teniendo problemas para pagar, lo más razonable es que deje la vivienda. De nada sirve que pague tras el requerimiento judicial y unos meses después vuelva a surgir el mismo problema.
¿Cuánto puede tardar?
Nuestra legislación tiene regulado lo que se conoce como desahucio exprés. El tiempo medio de duración del proceso va de 5 a 6 meses, aunque en función de la carga de trabajo que tenga el juzgado estos plazos podrían alargarse.
¿Cuánto puede costar?
Para iniciar el procedimiento judicial vas a tener que afrontar los siguientes gastos:
- Honorarios del abogado.
- Honorarios del procurador.
- Poder General para Pleitos para apoderar a tu procurador. No obstante, puedes hacerlo directamente en el juzgado y ahorrarte este coste.
- Cerrajero para cambiar la cerradura una vez que el inquilino se haya marchado.
- Tasas judiciales.
En total, el precio medio está en torno a los 1.000-1.500 euros. La cifra puede subir o bajar en función de los honorarios del abogado, que puede ser más o menos caro.
Adopta medidas preventivas
Tener un inquilino que no paga es un gran problema a nivel económico e incluso anímico, por lo agobiado que se siente el propietario que sabe que tiene en su casa a alguien que está viviendo gratis y ser consciente de que no le queda otro remedio que esperar a que la Justicia tome medidas.
Una buena forma de evitar esta situación es contratar un seguro de alquiler. Este tipo de pólizas se encargan de pagar la renta al arrendador en caso de que el inquilino no lo haga. Y, en la mayoría de los casos, también incluyen la asistencia legal necesaria para echar de la vivienda al moroso.
Es una forma de asegurarte que vas a cobrar la renta todos los meses y que a la vez tendrás asesoramiento legal especializado si surge algún problema.
Nuestra recomendación es que antes de celebrar un contrato intentes asegurarte de la solvencia de tu futuro inquilino. Pero como el riesgo de impago siempre va a estar ahí, lo mejor es que te informes y cuentes con un asesor experto que estudie tu situación y te ayude a escoger la mejor opción para cubrir ese riesgo.
