El blog de Pepe Promedio

Inversiones seguras, ¿mito o realidad?

Seguro que la pregunta que siempre te haces a la hora de realizar una inversión tiene que ver con la seguridad de tus ahorros, como por ejemplo “¿dónde invertir mis ahorros con seguridad?”. Lo cierto es que, aunque en la mayoría de los casos el riesgo que tiene tu inversión es bajo, debemos partir de la base de que las inversiones 100% seguras no existen.

Al realizar una inversión quieres que tu dinero trabaje para generar ingresos pasivos, obteniendo un sobresueldo o incluso la deseada independencia económica. Eso sí, siempre intentando correr el mínimo riesgo posible.

Aunque no exista una inversión sin riesgo, la mejor forma de minimizarlo es teniendo unos conocimientos financieros básicos o un asesoramiento profesional adecuado en materia de inversión. A continuación, podrás ver cuáles son los principales riesgos a los que se enfrenta tu capital si decides invertir.

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Principales riesgos a la hora de invertir

Hay dos riesgos principales que debes tener en cuenta a la hora de invertir: los riesgos directos y los indirectos.

Por una parte, el riesgo de perder dinero de forma directa es cuando vendes un bien por menos dinero del que lo compraste, o cuando pierdes parte de la inversión (por ejemplo, si prestas dinero y no te lo devuelven, o si compras acciones que bajan de precio). En ese caso, tu patrimonio se reducirá de forma directa: tienes menos dinero del que tenías inicialmente, antes de invertir. Este es el riesgo más sencillo de apreciar, pero hay otro, el riesgo indirecto, que sólo si tienes una buena formación serás capaz de percibir.

El riesgo indirecto a la hora de invertir es el que se deriva de la inflación. La inflación hace que los precios oscilen a lo largo del tiempo, que el valor del dinero cada vez sea menor. Es decir, a medida que pasa el tiempo, necesitarás más dinero para comprar lo mismo. Este fenómeno se conoce como pérdida de poder adquisitivo.

En este sentido, hay una creencia muy generalizada de que ciertos productos financieros como los depósitos, son seguros porque tienes tu dinero garantizado hasta cierto punto.

Pero lo cierto es que este tipo de productos sólo están teniendo en cuenta el riesgo de perder el capital directamente, sin poner en la balanza otros elementos. Por ejemplo,  normalmente estos depósitos tienen una rentabilidad tan baja que con el paso del tiempo no llegan a compensar ni siquiera la inflación. Es decir, indirectamente, estarías perdiendo poder adquisitivo.

¿Cómo puedes evitar estos tipos de riesgos?

Existen algunos pilares básicos que, si bien no eliminan del todo el riesgo a la hora de invertir, sí que reducen este en gran medida.

En primer lugar, una cartera bien diversificada a un plazo determinado ofrece posibilidades prácticamente nulas de pérdidas.

Planificar tu inversión a corto, medio y largo plazo

“Uno no planifica fracasar, pero sí fracasa por no planificar”.

El tiempo puede ser uno de los activos menos valorados a la hora de invertir. Sin embargo, a la hora de construir un capital, es la herramienta más valiosa que tienes a tu disposición.

El tiempo combinado con la tasa de rendimiento y la constancia, es la clave para conseguir la seguridad económica. Uno de los errores más comunes es el de no ahorrar al creer que no tienes suficiente dinero, sin tener en cuenta que el tiempo es la solución a ese problema. Esperar tiene un alto coste, ya que cuanto más esperes, más tendrás que ahorrar para recuperar el tiempo que has perdido.

El tiempo puede ser el mejor amigo del crecimiento. La mayoría de las personas no pueden depositar 1.000€ de golpe, dependen de cantidades menores, invertidas de acuerdo con un plan temporal. Si este es tu caso, la constancia puede ser el combustible que necesita tu inversión para emprender el vuelo.

El poder del interés compuesto

Si realizas operaciones basadas en un tipo de interés compuesto, significa que los intereses que obtienes en cada período se suman al capital inicial para generar con ellos nuevos intereses. Observa este ejemplo: si depositas 1000€ a un interés del 6%, el año siguiente tendrás 1060€, sobre los cuales se volverá a aplicar el 6%.

Es decir, con el paso del tiempo el interés se va calculando sobre el total de tu cuenta, incluyendo todos los intereses generados anteriormente, haciendo que tus ingresos vayan aumentando exponencialmente con el paso de los años.

La diversificación consiste en minimizar el riesgo a la hora de hacer una inversión, invirtiendo en valores diferentes que representan una diversidad de empresas o industrias. Por ejemplo, aumentar el número de sectores en tus inversiones, hará que si un sector entra en crisis el resto pueda compensarlo.

Como referencia debes saber que en una época de crisis, los sectores productores de bienes de primera necesidad como los alimentarios sufrirán menos que los sectores tecnológicos o la construcción, pues son más estables. Sin embargo, en una época de crecimiento económico, estos últimos también tenderán a crecer en mucha mayor medida.

En resumen, invertir en varios sectores, incluso en varios países hará que tu capital no peligre, sea cual sea la situación de la economía.

La mayoría de los fondos diversificados no pueden invertir más de un 5% de su capital en un solo valor. Una cartera diversificada es una inversión más segura.

Por último, la promediación consiste en invertir constantemente, aunque sea poco dinero. El término promediación, no tiene que ver con la rentabilidad del producto en el que estás invirtiendo, si no en una constancia y disciplina a la hora de invertir, haciéndolo sistemáticamente.

Promediar te permitirá controlar tu capital de forma permanente, independientemente de que el mercado suba o baje. Esto se consigue gracias a invertir una cuota fija en intervalos de tiempo constantes.

Teniendo en cuenta estos pilares básicos, conseguirás que tu inversión sea lo más segura posible.

Sin riesgo no hay beneficio

Tal como indican los analistas financieros, “las inversiones sin riesgo de perder un céntimo, son las que mantendrán a los inversores en la pobreza”. Si deseas edificar un patrimonio seguro ponte en manos de un experto, identifica los riesgos y cumple los pilares básicos de toda inversión, solo así podrás minimizar el riesgo y cumplir tus metas financieras.

¡Ponte manos a la obra!

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Queremos explicarte el caso de Luis Pita...

Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.

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