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Renta vitalicia: qué es y cómo funciona

En los tiempos que corren, una de las mayores preocupaciones de los trabajadores es quizás el ahorro para la jubilación. Con la hucha de las pensiones en entredicho, cada vez es más común encontrar en el mercado productos financieros destinados a completar la pensión pública. Entre estos productos está la renta vitalicia; que, por otra parte, es el producto financiero de este tipo más popular entre las personas cercanas a jubilarse. En este artículo te contamos qué es una renta vitalicia y cómo funciona.

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Qué es la renta vitalicia

La renta vitalicia es un tipo de seguro de vida-ahorro por el que la aseguradora garantiza al titular una renta periódica a lo largo de toda la vida. Dicho de otro modo, este producto convierte en rentas el capital que se aporte. Por lo general, se hace una única aportación inicial—una prima única—, aunque existe la posibilidad de contratar una renta vitalicia que permita aportaciones periódicas.

Como no puede ser de otro modo, la cantidad que cobra el usuario está directamente relacionada con el dinero de la prima inicial; además de otros factores como la edad y el género. Por lo tanto, la aseguradora calcula cuánto puede percibir su cliente cada mes en función de la esperanza de vida de este, teniendo en cuenta que, dada la coyuntura de tipos actual, la rentabilidad anual será relativamente baja.

En resumen, el funcionamiento de la renta vitalicia consiste en hacer una aportación inicial para que la aseguradora se comprometa a pagarle al usuario una cantidad periódica hasta que este fallezca. La cantidad varía en función de la edad, el género y la esperanza de vida; y tiene la ventaja de que el usuario conoce de antemano el importe mínimo de la renta que percibirá.

Tipos de renta vitalicia

Podemos encontrar tres modalidades de rentas vitalicias. Estos tipos varían en función de si se puede retirar la aportación inicial:

  • De capital cedido. En esta modalidad el usuario se compromete a mantener el seguro hasta su fallecimiento; es decir, no existe posibilidad de rescate. La falta absoluta de liquidez se premia con rentas más altas que en las otras modalidades.
  • De rentas constantes o capital reservado. En este caso sí se puede recuperar la prima aportada inicialmente. El seguro se puede cancelar en cualquier momento y, en caso de fallecimiento, los beneficiarios del seguro cobran la prima. En el caso de cancelar la renta vitalicia antes del fallecimiento, solo se cobra el valor del mercado. Como en este caso el usuario tiene la posibilidad de cancelar el producto, la renta que se percibe periódicamente será menor.
  • Mixta. En esta modalidad se combinan las dos anteriores. El usuario cede una parte de la aportación a la aseguradora de forma que, en caso de fallecimiento, los beneficiarios obtendrán un porcentaje de la aportación que irá disminuyendo conforme transcurran los años desde que se contrató.

Esta última modalidad es la más habitual si la cantidad inicial es elevada. Por lo que si el capital inicial es menor no es recomendable contratar la modalidad mixta, pues se obtendrá menos por la prima inicial.

En el caso de todas las modalidades se puede optar por rentas inmediatas o diferidas. Es decir, si esperamos un tiempo para cobrar la renta vitalicia, recibiremos más por nuestra aportación. Por ejemplo, se puede firmar hoy el seguro y empezar a cobrar en 5 o 10 años.

A quién interesa una renta vitalicia

Este producto financiero está especialmente pensado para personas cercanas a la jubilación. La fiscalidad es atractiva a partir de los 50 años; pero es realmente interesante a partir de los 70.

Es mucho mejor si el usuario dispone de un capital inicial elevado, pues de este modo se consigue una renta más elevada. Es un producto financiero muy interesante para aquellos ahorradores que quieran repartir las herencias en vida, ya que el usuario puede decidir quién es el beneficiario del seguro. También es conveniente para padres o tutores de cierta edad que deseen dejar recursos de forma tutelada a sus hijos. Otros interesados pueden ser las familias con hijos con alguna discapacidad, pues permite a los padres asegurar a los hijos una renta una vez que ellos hayan fallecido.

Ventajas de la renta vitalicia

  • Seguridad. Este tipo de producto garantiza cobrar un dinero todos los meses, sin importar qué pase con el dinero aportado inicialmente. La aseguradora es la que asume el riesgo de que el cliente sobreviva a su esperanza de vida. Además, con este tipo de producto el ahorrador evita sobrevivir a sus ahorros porque irá consumiendo la prima poco a poco pero a buen ritmo.
  • Ventajas fiscales. A más edad, la tributación de las rentas vitalicias es más ventajosa. A excepción de las primas procedentes de planes de pensiones y otros productos que permitan desgravar aportaciones, el capital tributa como renta del ahorro y rendimiento de capital mobiliario en el IRPF y no como renta del trabajo. Esto quiere decir que en la mayoría de casos se pagarán menos impuestos. Además, solo se tributa por un porcentaje de la renta percibida, no por el total.
  • Evitar impuestos por la venta de una vivienda. Una renta vitalicia puede ser de gran ayuda para un usuario mayor de 65 años que quiera vender su casa. Existe, para mayores de 65 años, una exención fiscal por la ganancia obtenida al vender una vivienda no habitual que se reinvierta en una renta vitalicia.

Los riesgos de la renta vitalicia

Así como tiene ventajas, la renta vitalicia puede tener algunos riesgos que no está de más tener presentes.

  • Posibilidad de no rescatar todo el dinero aportado. Esto puede suceder si se quiere recuperar la prima incluso antes de empezar a cobrarla —en caso de haber contratado una renta diferida— y la cartera en la que la aseguradora ha invertido el capital no ha ido bien.
  • Los intereses son limitados. Este tipo de renta es un buen complemento, pero de ningún modo puede ser visto como una renta por sí sola ya que el rendimiento es muy bajo (actualmente cerca del 1% del capital). Por lo general, las rentas están por debajo de los 600 euros.
  • No está cubierta por el Fondo de Garantía de Depósitos. Una gran desventaja de la renta vitalicia es que, en caso de que el mercado de rentas de este tipo colapsara, no están cubiertas por el Fondo de Garantía de Depósitos. Por lo tanto, si esto ocurriese los tenedores de este tipo de seguro podrían quedarse sin nada.

Ahora que ya conoces este tipo de producto, puedes valorar mejor incluirlo en tu plan de ahorro para la jubilación y puedes combinarlo con otros productos financieros. Para una mayor seguridad, te recomendamos consultar con un asesor financiero que pueda resolver todas tus dudas y establezca un plan personalizado para cada caso.

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