Declararse en bancarrota, tanto para una persona física como para una jurídica, no es plato de buen gusto. Pero, a veces, podría ser la mejor opción para hacer frente a una situación insostenible. En este post vemos qué es declararse en bancarrota y cuáles son las consecuencias de hacerlo.
¿Qué es la bancarrota?
Declararse en bancarrota es hacer oficial que, tanto una persona física (o una familia) como una persona jurídica (una empresa), no se puede hacer frente a sus deudas
De esta manera, la persona o empresa que se declara en bancarrota, informa a todos sus acreedores de la situación, explicando que no dispone de suficientes activos para pagar ningún tipo de deuda.
Hasta el año 2015, solo las empresas podían declararse en bancarrota. Sin embargo, desde que fue aprobada la Ley de Segunda Oportunidad, se permite también a autónomos y personas físicas declararse en bancarrota cuando no pueden hacer frente a sus deudas.
¿Cómo declararse en bancarrota?
A pesar de la gravedad del asunto, declararse en bancarrota es un proceso sencillo:
1er paso: acudir a una notaría
- Allí se debe presentar un formulario de solicitud de bancarrota, totalmente gratuito y facilitado en la misma notaría.
- Al presentar el formulario, un notario se encarga de dar veracidad a la información presentada en el informe.
- El notario revisará tanto las deudas contraídas como la situación económica de la empresa o persona afectada, y dará fe de que no es viable el pago de esas deudas con el patrimonio del que dispone.
2o paso: intentar renegociar las deudas
- Para renegociar las deudas, el notario pondrá en contacto a la persona afectada con un especialista para que inicie una negociación extrajudicial con los acreedores.
- El objetivo es que ambas partes lleguen a un acuerdo en cuanto al pago de la cantidad que se adeuda. De no haber acuerdo, el caso pasaría a un abogado y se llevaría a juicio.
3er paso: concurso de acreedores
Si la negociación llegara a buen puerto, se entraría en la siguiente fase: el concurso de acreedores. Aquí se diseñará un plan sobre cómo se van a saldar las deudas en un plazo de 5 años. Se presenta el concurso y el plan a un juez, quien evaluará el caso e indicará cuáles son las cuotas a pagar para afrontar la deuda:
- Primero se utilizará el patrimonio de la persona declarada en bancarrota para pagar lo máximo posible, siempre dejando un mínimo para que la persona pueda vivir con dignidad.
- Después, se crea una estrategia para pagar las deudas restantes. Lo habitual es destinar el 50% de los ingresos a pagar las deudas, aunque puede ser el 25% dependiendo de la vulnerabilidad en la que se encuentre la persona que se declara en bancarrota.
Requisitos para declararse en bancarrota
- La Administración pública no puede ser parte acreedora.
- La deuda debe ser inferior a 5 millones de euros.
- No puede haber sentencia firme en contra de la persona que se declara en bancarrota con delitos relacionados con:
- Hacienda
- Seguridad social
- Falsedad documental
- Contra el derecho de los trabajadores o patrimonio
Declararse en bancarrota es un proceso poco agradable para quien lo inicia, pero a veces es el recurso para poder seguir teniendo un futuro. En según qué ocasiones, es mejor declarase en bancarrota que seguir aumentando las deudas y seguir acrecentando el problema. No obstante, la mejor de la soluciones es la prevención, y en el caso de la economía, la clave está en la educación financiera y en un buen asesoramiento.
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