Emanciparse es el sueño de muchos jóvenes, pero no todos se lo pueden permitir. La realidad es complicada y las cifras indican que, al finalizar 2020, un 55% de los jóvenes menores de 30 años todavía vivían con sus padres.
Sin embargo, salir del nido y construir un proyecto de vida es posible si sigues los consejos que te vamos a dar. Pero, antes de nada, vamos a explicar exactamente en qué consiste la emancipación.
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¿Qué es la emancipación?
Legalmente, la emancipación se entiende como la libertad de la “patria potestad”. Es el proceso por el que un joven sale de la tutela o dependencia de su padre y madre y adquiere plena independencia para trabajar y vivir por su cuenta. Esto ocurre normalmente cuando la persona alcanza la mayoría de edad.
Sin embargo, cuando hablamos de emanciparse no nos estamos refiriendo siempre a adquirir una plena capacidad de obrar. Con frecuencia este término habla del proceso que implica despedirse del hogar familiar, dejar de vivir con los padres y no depender económicamente de ellos.
Requisitos para emanciparse
A partir de los 16 años es posible conseguir la emancipación, siempre que se solicite mediante un escrito y con una aprobación previa por parte de los padres. Para ello, el menor debe realizar un escrito público ante Notario.
Un aspecto importante que debemos tener en cuenta es que una vez concedida no puede ser revocada.
Esta despedida del hogar familiar por parte de un menor, de entre 16 y 17 años, también se puede conseguir por otros motivos:
- Concesión judicial.
- Matrimonio del menor.
- Casos de maltrato o abuso.
Trucos para emanciparse y no depender de tus padres
Las principales dificultades para abandonar el hogar familiar suelen ser económicas. Si bien es cierto que en nuestro país hay una cultura de arraigo familiar mayor a otros países, no podemos olvidar que la falta de trabajo estable es el mayor motivo por el que muchos jóvenes permanecen en casa de sus padres.
La tasa de emancipación de los jóvenes españoles de entre 16 a 29 años es una de las más bajas de Europa. De hecho, la edad media de emancipación está en 29,5 años, siendo una de las más altas de la región europea.
La dificultad de encontrar trabajo y el alto nivel paro juvenil de España complican las cosas, pero no debemos desesperar si queremos independencia económica.
Para ello, antes de irte de casa, debes tener bien claro dónde te metes. Y es que una vez abandonas el nido familiar dejas de depender de tus padres para pagar tus recibos.
Consigue un trabajo
En otras palabras, serás responsable de pagar el alquiler y cubrir todos tus gastos (ropa, internet, electricidad, etcétera) por completo. Necesitarás un trabajo y una fuente de ingresos con la que puedas vivir cómodamente.
Aunque tengas derecho a algún tipo de ayuda financiera, el dinero que recibas puede que no sea suficiente. Si tienes un trabajo, piensa si tu sueldo cubrirá todos tus gastos.
Una opción es buscar un trabajo bien remunerado que te permita vivir cómodamente. Otra posibilidad es aprovechar para formarte mientras estás en casa de tus padres para poder acceder a un mejor empleo. También puedes estudiar para aprobar unas oposiciones y conseguir un trabajo estable.
Si con lo que ganas no es suficiente, valora opciones como el pluriempleo o investiga formas de obtener ingresos pasivos.
Pepe Promedio es un ejemplo de que con esfuerzo se pueden conseguir las cosas. Cuando era joven pasó un tiempo trabajando en dos sitios diferentes a la vez para poder ahorrar e irse de casa.
Administrar el dinero es clave
Está claro que disponer de recursos económicos ayuda mucho pero, si planificas bien tus gastos, tendrás mucho trabajo adelantado. Y es que una de las primeras lecciones de la economía familiar es gastar lo básico e imprescindible, al igual que hacían nuestras abuelas.
Saber administrar tu dinero consiste en cubrir todos tus gastos de comida y alquiler sin renunciar al ahorro. Aunque tengas 18 o 20 años nunca es tarde para comenzar un fondo de emergencia.
De hecho, la mayoría de expertos recomiendan tener un fondo de ahorro de 3 a 6 meses para cubrir gastos bien sea en efectivo o en fondos líquidos.
Por ello, antes de irte de casa de tus padres ahorra algo de dinero. Todo el mundo tiene prisa por tener su propio piso o habitación, pero el tiempo que te quedes con tu familia te permitirá crear un colchón económico para vivir mejor después.
¿Comprar o alquilar?
A menos que tengas un trabajo estable no es recomendable comprar. Porque seguramente el banco no estará dispuesto a concederte un préstamo hipotecario.
Aunque siempre puedes optar por un alquiler con derecho a compra. Piensa que la rentabilidad para estancias cortas de menos de 10 años hace que el alquiler compense en este plazo.
Por otro lado, el alquiler te permite un control más efectivo del dinero y siempre puedes cambiar de lugar o barrio para pagar menos. Además, no tienes que alquilar una vivienda entera al principio, puedes compartir un piso y alquilar una habitación.
Línea de crédito
La independencia económica pasa por tener una cuenta bancaria, y además, puede ser conveniente solicitar una tarjeta de crédito para emergencias.
Aunque ahora las tarjetas revolving están más controladas, es importante no abusar de ellas para no acabar pagando de más. Nuestro consejo es que solo utilices las tarjetas de crédito en caso de emergencia si no hay otra fuente de financiación más asequible a tu disposición.
Por otro lado, si tienes deudas céntrate en liquidarlas poco a poco mientras estás en casa de tus padres. ¡Ni se te ocurra emanciparte hasta que las cubras!
Si sigues estos consejos, planificas bien tu presupuesto y controlas tus gastos, estarás más cerca de conseguir la libertad financiera necesaria para emanciparte.
Aunque no te lo parezca, estarás haciendo algo que poca gente hace, y es que sólo el 10% de las personas miden y controlan sus gastos. De ahí que emanciparse resulte tan complejo para la mayoría de los jóvenes. ¿Quieres empezar a vivir por tu cuenta sin pasar apuros económicos? Empieza a planificar tu futuro con ayuda de especialistas que te enseñarán a gestionar tus ahorros.
