La productividad, entendida como la capacidad para hacer más consumiendo menos recursos, es uno de los grandes objetivos de las empresas, puesto que es una importante fuente de ventaja competitiva. De ahí que mejorar la productividad de los empleados se haya convertido en una de las principales preocupaciones en la actualidad, y que muchas empresas estén aplicando ya diferentes fórmulas del trabajo para conseguir empleados más eficientes.
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¿Qué es la productividad de los empleados y cómo se calcula?
Cada empresa puede tener un concepto diferente de productividad, pero en líneas generales es la relación que existe entre la cantidad de bienes o servicios que se producen y la cantidad de recursos utilizados para ello. Como decíamos al principio, el objetivo es poder producir más consumiendo menos recursos.
Para poder calcular la productividad debemos tener en cuenta dos factores:
- Lo que se produce.
- Los recursos utilizados para producir.
Así, la productividad de los empleados es el resultado de dividir el número de productos o servicios producidos entre los recursos utilizados.
La relación entre la productividad y la actividad
Aunque las fórmulas del trabajo productivo parecen sencillas, lo cierto es que hacer los cálculos no resulta fácil, porque no siempre podemos medir fácilmente lo que produce cada empleado (generalmente la producción de un producto o la prestación de un servicio no depende de un solo trabajador) y tampoco podemos medir exactamente cuántos recursos consumimos para un determinado producto o servicio.
Lo que se hace en estos casos es recurrir a los indicadores, y en España el que más usamos es el número de horas trabajadas. Y es aquí donde se produce una extraña paradoja, somos unos de los países europeos en los que más horas se trabajan, pero no somos uno de los más productivos.
De esto podemos deducir que no siempre productividad y actividad van de la mano. Que trabajemos más tiempo no quiere decir que seamos más productivos. Por tanto, las empresas deben buscar nuevas fórmulas para estimular la productividad.
El capital humano, el valor más preciado con el que cuenta la empresa
Son muchos los expertos que coinciden al señalar que una de las causas de la baja productividad de las empresas españolas es la poca motivación de sus trabajadores, que no se sienten valorados ni tienen ningún incentivo para mejorar su rendimiento.
Para que esto cambie es necesario que las empresas sean realmente conscientes de lo importante que es el capital humano, ya que sin él ninguna corporación alcanzaría sus objetivos.
Si se valora de verdad a los empleados resultará mucho más sencillo encontrar nuevas fórmulas de motivación.
Las claves para mejorar el rendimiento
Existen muchas fórmulas del trabajo productivo y todas ellas han demostrado producir efectos muy positivos. La aplicación de unas u otras depende del tipo de empresa de que se trate, de cómo sean sus trabajadores y de los objetivos que se persigan.
Los ejemplos más habituales son:
- Mejorar el clima laboral.
- Invertir en tecnología que automatice las tareas repetitivas.
- Mejorar la comunicación a todos los niveles.
- Facilitar la desconexión fuera del horario laboral.
- Organizar actividades de ocio que ayuden a crear sentimiento de equipo.
- Facilitar la conciliación.
- Ayudar a los empleados a desarrollarse profesionalmente invirtiendo en su formación y en el desarrollo de nuevas capacidades.
- Adoptar medidas de flexibilidad laboral.
- Dar más autonomía a los empleados.
Todo esto lo podemos resumir con una sola frase: “un empleado feliz es un empleado motivado y más productivo”. Por tanto, si eres el líder de un equipo de trabajo, asegúrate de que los miembros estén satisfechos y motivados, porque cuanto más a gusto estén mejores resultados obtendrán en su trabajo y más productivos serán.
