El activo circulante, también conocido como activo corriente o activo líquido, es uno de los principales componentes del balance de una empresa. Uno de los objetivos más importantes de un negocio es asegurarse de que se disponen de este tipo de activos para respaldar sus actividades. En este post vamos a explicar este concepto tan importante sobre las cuentas y el balance de una empresa.
El activo circulante son los activos de una empresa que tienen un valor líquido a corto plazo. Lo son, por tanto, el efectivo, las cuentas por cobrar, las existencias y otros activos; que pueden convertirse en efectivo en menos de un año.
En cambio, los activos no corrientes, como las inversiones a largo plazo, los inmuebles, el inmovilizado y el inmovilizado inmaterial, son los que no pueden convertirse en efectivo a corto plazo.
Según el Plan General de Contabilidad, los activos circulantes se componen de las siguientes cuentas:
El efectivo y los equivalentes de efectivo son otros tipos de activo circulante, como el dinero en el banco, los anticipos de efectivo y los fondos del mercado monetario. Las existencias incluyen todas las materias primas y productos aún en producción. Por otro lado, las cuentas a cobrar están formadas por todas las cantidades que los clientes deben a una empresa.
Que una empresa disponga de activos circulantes en su balance, dará la seguridad de que dispone de la liquidez necesaria para hacer frente a cualquier contratiempo que pueda surgir a corto plazo. Poder tener esta liquidez es especialmente importante en tiempos de dificultades económicas: las empresas pueden hacer uso de los activos líquidos para pagar a sus acreedores, o utilizarlos como garantía para pedir dinero prestado a los bancos.
Tener activos circulantes permite a una empresa aprovechar cualquier oportunidad de inversión que pueda surgir. Este tipo de oportunidades puede ser beneficioso para cualquier empresa, puesto que las inversiones pueden conllevar rentabilidad a corto plazo. Además, al tener este tipo de activos, es posible tomar decisiones rápidas sobre dónde invertir.
Gestionar el activo circulante es esencial para las empresas que quieran garantizar su bienestar financiero. Para asegurar la liquidez y poder tener cubiertas las obligaciones a corto plazo una empresa debe tener en cuenta ciertos aspectos:
Cualquier empresa debe llevar un registro de lo que deben sus clientes y asegurarse de que pagan de manera puntual. Igual de importante es revisar las cuentas por cobrar, para identificar posibles deudas no cobradas.
Debes asegurar que el inventario esté siempre equilibrado y que la empresa tenga los materiales necesarios para satisfacer la demanda de la clientela. Si hay un exceso de inventario, es posible acabar con productos sin vender que se quedarán almacenados, ocuparán espacio y habrán resultado un gasto en lugar de una inversión.
Tener una cartera de inversiones equilibrada asegurará que la empresa obtenga rentabilidad de las inversiones a corto plazo. Además, al diversificar las inversiones, la empresa se verá menos afectada por cualquier cambio repentino en el mercado.
El activo circulante es esencial para que las empresas garanticen su liquidez y su bienestar financiero. Mediante una gestión cuidadosa de estos activos, las empresas pueden asegurarse una posición sólida para aprovechar cualquier oportunidad de crecimiento e inversión.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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