En estos tiempos que corren, cualquier persona que adquiere una vivienda contratará en su entidad bancaria un préstamo hipotecario. De otro modo, muy pocas serían personas que pudiesen comprar una casa al contado. Si es tu caso, y vas a comprar un inmueble, estarás pensando en qué tipo de préstamo te conviene más. Los hay de varias clases; pero en este artículo te explicamos qué es una hipoteca de tipo fijo, cómo funciona, cuáles son sus ventajas e inconvenientes y por qué es tendencia.
Una hipoteca fija es un préstamo hipotecario que tiene un interés fijo; esto es, la cuota va a ser siempre la misma durante todos los años que tardes en devolver el préstamo. Una vez que contratas la hipoteca de tipo fijo sabrás cuál es la cuota de cada mes y el coste total de la hipoteca. Ambos datos no variarán por ningún motivo; aunque suban o bajen los mercados. Este tipo de hipotecas no dependen del Euríbor, la cuota será la misma mes a mes. Las hipotecas que sí dependen de este índice —tipo europeo de oferta interbancaria, o lo que es lo mismo, el tipo de interés al que se prestan euros los bancos europeos— son las de tipo variable. Antes de 2016, en España, las hipotecas de tipo variable eran las más demandadas. Sin embargo, a partir de ese año, las hipotecas fijas están ganando fuerza. ¿Cuál es el motivo? En realidad hay dos razones. El factor fundamental es la bajada del Euríbor. Las hipotecas de tipo variable establecen las cuotas en base a este índice y, dado que ha llegado a mínimos, la tendencia ahora es que suba, por lo tanto también lo harán las cuotas variables. Ante este panorama, para incentivar la contratación de hipotecas, los bancos están ofreciendo intereses bajos para las hipotecas fijas; lo que lo convierte en el segundo motivo.
Como ya hemos apuntado, la principal característica de una hipoteca de tipo fijo es que el interés no cambia; permanecerá inalterable durante toda la vida del préstamo. Esto, sin duda, genera tranquilidad y seguridad en el cliente. Además, el plazo de amortización de estos préstamos hipotecarios no sobrepasan los 30 años —las variables pueden alcanzar los 40—. La hipoteca de tipo variable tendrá unas características distintas dependiendo de que la vivienda sea primera o segunda residencia. Estas características pueden variar también dependiendo de la entidad bancaria.
Después de ver todas las opciones posible, comparar entre bancos y hacer tus cálculos, si te decantas por una hipoteca de tipo fijo, lo próximo será recopilar los documentos que te solicitará la entidad bancaria y completar la contratación.
Es recomendable que solicites a tu banco una copia del contrato para que lo puedas leer con detenimiento y resolver cualquier duda. El banco tiene el deber de cumplir este paso, pero no está de más estar atento. La firma del contrato se hará ante notario; según la nueva ley hipotecaria tienes derecho a consultar con el notario sin que incurra en un gasto adicional. Mejor no tener ninguna duda antes de firmar. Revisa todas las cláusulas y no escatimes en preguntas, el agente del banco debe resolverlas todas ¡para eso está! Si quieres contratar una hipoteca de tipo fijo y tienes dudas, acude a tu asesor financiero. Antes de tomar ninguna decisión sobre tu economía, es fundamental tener las ideas muy claras. ¡El conocimiento lo es todo!
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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