Llegado el final de cada mes, te enfrentas a una situación recurrente: tus cuentas no cuadran y los gastos imprevistos dejan tus finanzas en apuros. Una vez más, no has logrado ahorrar y te das cuenta de que ha llegado el momento de tomar medidas. Sin embargo, ¿por dónde empezar? La clave radica en tener un control exhaustivo de tus gastos mensuales y optimizar el presupuesto familiar. Para ello tienes que conocer los diferentes tipos de gastos a fin de poder eliminar aquellos que no son imprescindibles. ¡Coge lápiz y papel que empezamos!
Empecemos por el principio, ya sea aplicado a una empresa o a una unidad familiar, podemos definir los gastos y así controlar la contabilidad.
Los gastos son la reducción en el capital total, manifestada mediante la disminución o salida de valor de los activos. Es decir, un componente que hace disminuir las utilidades (ganancias) y, en consecuencia, contribuye a incrementar sus pérdidas (deuda).
Como si de una empresa se tratase, la mejor forma para manejar la economía familiar es elaborar un presupuesto. Esta herramienta básica para organizar cualquier economía es la clave del ahorro, porque nos permite conocer los diferentes tipos de gastos que tenemos. El presupuesto es una herramienta muy útil porque sirve para:
Para hacer un presupuesto no basta con sentarse a apuntar gastos e ingresos, sino que es necesario clasificar todas las entradas y salidas de dinero. Una buena forma de establecer cuáles son los gastos tipo de una familia es basarse en la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) que el Instituto Nacional de Estadística (INE) elabora cada año.
Esta encuesta obtiene resultados que nos pueden ser de mucha utilidad. Por ejemplo, establece doce categorías de gastos, siendo las más importantes: vivienda y suministros, alimentos y bebidas no alcohólicas y transportes. Estos gastos podríamos decir que son imprescindibles para las familias.
Es significativo que el gasto destinado a vivienda asciende de media a más del 30% del gasto anual de las familias. Por si te lo preguntas, la EPF establece que la media de gasto anual por familia en España es de 27.420 euros.
Antes de determinar los tipos de gastos, veamos la lista de las doce categorías que establece el INE:
Observando la lista (ordenada de mayor a menor según el porcentaje destinado a gasto) podemos deducir qué gastos son imprescindibles, cuáles prescindibles, aquellos que son extraordinarios y los que resultan imprevistos.
Pero a la hora de clasificar los gastos podemos ir todavía un poco más allá para ser más selectivos al elegir cuáles podemos reducir y hasta eliminar:
Son aquellos cuya cantidad es siempre igual. Debes tenerlos en cuenta tanto si son mensuales como si los pagas trimestralmente o incluso anualmente.
Aunque se suele asimilar gastos fijos con imprescindibles, no es necesariamente así. El pago del alquiler es un gasto fijo e imprescindible, pero pagar la cuota de suscripción de servicios de streaming implica un gasto fijo pero prescindible.
Son todos aquellos cuya cuantía exacta no podemos determinar de antemano, sean o no imprescindibles. Por ejemplo, el recibo de la luz o el gasto en combustible que vamos a hacer este mes.
Llevar el control de estos gastos mensuales algo más complicado. Lo recomendable en estos casos es calcular la media anual. Al elaborar el presupuesto, a la cifra media de gasto variable imprescindible súmale un 10% para tener remanente suficiente por si algunos meses el gasto es algo mayor.
Muchas veces son los responsables de echar por tierra nuestro presupuesto. Pequeños gastos que haces prácticamente cada día y a los que no das importancia, pero que a final de mes suman una cuantía importante. Por ejemplo, tomar todos los días café fuera de casa o hacer pequeñas compras por impulso.
Si gestionas bien tu presupuesto puedes ahorrar y, a la vez, darte algún capricho. Los gastos discrecionales son aquellos que haces en ocio y cosas que te gustan. Por ejemplo, salir a cenar fuera algún día o comprar ropa. Para que no se conviertan en un problema, lo mejor es que establezcas una cuantía fija para los mismos y no la sobrepases.
Desde aquí te recomendamos incluir como gasto fijo en tu presupuesto una cantidad destinada exclusivamente para ahorro. De esta forma, al tomarlo como un gasto al que debes hacer frente, forma parte de los imprescindibles y nos obliga a destinar parte de los ingresos al ahorro.
Este principio de preahorro también se conoce en el ámbito de las aseguradoras norteamericanas como “págate a ti mismo primero”. Consiste en dejar de ver el ahorro y la protección futura como un gasto prescindible o solo si sobra algo a fin de mes. Si pensamos en el ahorro como un gasto obligatorio lograremos hacerlo cada mes y reducir en gastos que sí son realmente “para cuando me sobra algo a fin de mes”. Un buen porcentaje de tus ingresos destinado a este gasto imprescindible puede ser el 10%.
Como ves, la clave para llevar el control de gastos mensuales está en organizar el presupuesto familiar al detalle. Si distinguimos los diferentes tipos de gastos podremos ajustar el presupuesto para no gastar más de lo necesario y aprender a ahorrar. Recuerda que al preahorrar o pagándote primero a ti mismo antes de que finalice el mes contribuyes al disfrute de un colchón económico cada vez más mullido. ¿Necesitas ayuda para gestionar tus finanzas? Ponte en manos de expertos que te asesoren sobre la mejor forma de alcanzar tus objetivos económicos.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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