A la hora de hacer cualquier tipo de inversión nunca debemos olvidar que esto va a tener unas consecuencias fiscales. Lo que le vamos a tener que pagar a Hacienda influirá en la rentabilidad real que obtenemos por nuestros ahorros. Por eso, es hora de examinar la fiscalidad de los fondos de inversión para saber qué efectos fiscales tiene poner tu dinero en ellos.
También se los conoce como Instituciones de Inversión Colectiva, y este nombre te puede ayudar a hacerte una mejor idea de qué se trata.
El fondo engloba el dinero de varias personas que quieren invertir y lo hacen de forma conjunta. Es posible que un solo ahorrador no pueda diversificar su inversión en muchos productos diferentes, pero como el fondo tiene mucho dinero, sí puede hacerlo. Así, reduce el riesgo y maximiza la rentabilidad.
Al frente del fondo hay un gestor, que es quien toma las decisiones de inversión para buscar la máxima rentabilidad para los partícipes del mismo.
Los fondos de inversión ponen el dinero de los inversores en productos como acciones, bonos, depósitos a plazo fijo, etc. Por todo ello obtienen una serie de beneficios o rendimientos que reparten entre los inversores en proporción a su participación.
Una de las peculiaridades de este producto es que, una vez que ponemos nuestro dinero en un fondo, no tenemos que pagar impuestos por la rentabilidad obtenida mientras mantengamos la inversión. En el momento en que retiramos nuestro dinero del fondo, entonces sí tenemos que tributar lo que nos corresponde por los beneficios recibidos.
Si pasamos nuestro dinero de un fondo a otro porque nos interesa más, esto no se considera un reembolso. Porque, en realidad, el dinero sigue invertido, así que en este caso se entiende que la inversión se mantiene y no hay que tributar por los rendimientos.
Si ponemos nuestro dinero en otros productos de inversión como las acciones, vamos a obtener unos dividendos periódicos, y cada vez que los recibamos nos toca pagarle a Hacienda un mínimo de un 19%.
Sin embargo, los fondos de inversión tienen un régimen fiscal propio. Es el propio fondo el que tributa por el valor del mismo, pero lo hace a través del Impuesto de Sociedades, con un gravamen reducido del 1%.
Por eso, si ponemos nuestro dinero en un fondo nos beneficiamos de forma indirecta de las ventajas fiscales que se aplican a los fondos de inversión.
Una vez que retiras la inversión del fondo, llega el momento de tributar por los rendimientos obtenidos. Dentro de la declaración de la Renta, los rendimientos derivados de las inversiones deben quedar reflejados en la Base Imponible del Ahorro y, dentro de la misma, pueden estar catalogados como:
En este caso, el importe resultante a pagar será entre un 19% y 23% de las ganancias obtenidas.
Ahora que ya conoces la fiscalidad de los fondos de inversión, puedes valorar mejor si te compensa poner tu dinero en ellos. No obstante, ya sabes que elegir correctamente el fondo es también muy importante. Por eso, lo mejor en estos casos es que te dejes asesorar por expertos.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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