La fusión bancaria es un tema del que hemos oído hablar mucho en los últimos años. Aunque este tipo de operaciones siempre han existido, se intensificaron tras la crisis económica de 2008, y las previsiones hablan de que a raíz de la pandemia se volverán a multiplicar. Pero, ¿qué son exactamente y cómo nos afectan como consumidores? Vamos a verlo.
Desde el punto de vista jurídico, una fusión bancaria es la integración de dos o más entidades en una sola. Así que cuando se produce una fusión, lo que realmente ocurre es que una entidad pasa todos sus activos y pasivos a otra, en la que queda integrada.
Hay muchas razones que están llevando a una compresión del sector, de forma que al final solo quedarán las entidades más fuertes.
En un mercado de libre competencia es fácil que surjan empresas de muchos tipos, también las dedicadas a los servicios bancarios y financieros. En las últimas décadas se había multiplicado el número de cajas de ahorros y bancos, pero la sociedad cambia y demanda nuevos servicios. Por ello puede ser por lo que las cajas de ahorros han desaparecido. Y a ello hay que sumarle las crisis financieras de los últimos años.
Esto genera un panorama en que muchas entidades ya no son viables económicamente y se hace necesaria una reestructuración del sector.
Dado que la quiebra de un banco sería un grave problema para el conjunto de la sociedad, lo que se hace en este caso es optar por las fusiones. De modo que el pez grande se come al pez pequeño y las grandes entidades bancarias se quedan con los activos y pasivos de esas otras entidades más pequeñas que ya no son viables.
El resultado es un sector bancario con menos competencia pero también más fuerte y más competitivo a nivel internacional.
Si disponías de acciones de una entidad bancaria y esta es absorbida por otra o se produce una fusión bancaria entre varias entidades, no pierdes tus acciones, pero se verán transformadas. Tus acciones originales dejan de existir y recibirás a cambio otras nuevas de la nueva entidad. Dejas de ser accionista del banco 1 y pasas a ser accionista del banco 2.
Desde la crisis económica de 2008 la fusión bancaria se ha convertido en algo habitual en nuestro país. La primera vez que oímos hablar de esta operación todos sentimos un poco de miedo, al no saber qué iba a pasar con los ahorros de los clientes de la entidad que desaparecía.
Pero ahora sabemos que este tipo de operaciones no suponen ninguna complicación para el consumidor, se trata como un mero cambio de banco y todos los activos están garantizados.
La llegada de la pandemia y el confinamiento han generado una importante crisis económica y una gran incertidumbre. Aunque en un principio esto supuso la paralización de las fusiones que se estaban negociando en el sector bancario, ahora los expertos señalan que estos procesos se podrían acelerar. Y es que la consolidación de entidades se percibe como la mejor solución para un entorno en el que la morosidad podría incrementar de nuevo y la disminución de ingresos será la tónica habitual.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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