Las empresas y los particulares corren el riesgo de causar un daño a terceros. En esos casos, la víctima deberá tener una indemnización que varía en función del daño ocasionado. Para que no tengas que correr tú con estos gastos es conveniente contar con un seguro de responsabilidad civil que te permite afrontar los accidentes según la situación en la que se producen.
Disponer de este tipo de seguros es muchas veces obligatorio. Para que tengas toda la información sobre estos seguros y cuándo es necesario contratarlo, hemos preparado este artículo. Especialmente, queremos informarte sobre el seguro de responsabilidad civil profesional. ¿Comenzamos?
De todos los seguros que encontramos en el mercado, el de responsabilidad civil es el que más variedades tiene. En muchos casos es obligatorio, como en el caso de los vehículos. La legislación española exige que todos los coches estén asegurados con una póliza de responsabilidad civil como mínimo.
Sin embargo, en el ámbito familiar este seguro no es muy habitual y, quizás, es una cobertura que puede aliviarnos más de un problema posterior. Por ello, en España el 20% de los hogares disponen de una póliza de daños y perjuicios a terceros.
Pero ¿qué es exactamente el seguro de responsabilidad civil? Se trata de una póliza pensada para responder a las posibles situaciones que se recogen en el Código Civil. En la ley se especifica que cualquier persona que por acción u omisión cause daños en una tercera, estará obligada a repararlos.
Además, existen algunas personas dependientes de otras. Por ejemplo, los padres son responsables de los posibles daños que puedan causar sus hijos. Lo mismo aplica a los tutores o quienes posean la guarda de los menores o incapacitados que se encuentren a su cargo. También los amos de mascotas deben responder por los daños que estas causen.
Para cubrir todos estos posibles escenarios muchos particulares —además de las empresas o profesionales— los que contratan un seguro de responsabilidad civil. El objetivo de este producto es cubrir los daños personales y materiales, además de los prejuicios económicos, que la persona que contrata el seguro pueda ocasionar en un tercero dentro de los límites que fijen.
De este modo, la compañía aseguradora garantiza a su cliente su responsabilidad civil extracontractual —es decir, cuando entre el asegurado y la persona perjudicada no tienen una relación jurídica convenida— por los daños originados a otras personas de manera involuntaria, siempre en los supuestos que se recogen en la póliza.
La responsabilidad civil profesional se refiere a la que se deriva de los errores, negligencias y omisiones que puedan producirse en el transcurso de la actividad profesional. Cubre daños, perjuicios económicos, personales o materiales que repercuten en un cliente o tercero.
En todas estas situaciones, la compañía aseguradora es la que se hace cargo de la indemnización y compensación a la que tenga derecho el perjudicado. Este tipo de póliza —seguro de responsabilidad civil profesional— se considera importante especialmente para locales, asesores, despacho de abogados y oficinas en general.
Muchas veces, contar con un seguro de responsabilidad civil resulta imprescindible. Especialmente, ante aquellas circunstancias que pueden resultar inasumibles desde el punto de vista económico para la persona que provoca el daño.
Por eso, existen seguros de responsabilidad civil obligatorios, como es el caso de los seguros para coches y motos o los profesionales. Sin embargo, existen otros seguros de este tipo que son opcionales, como el seguro de hogar.
Aunque existen muchos tipos de responsabilidad civil, podemos diferenciar a grandes rasgos dos tipos, aunque ambos converjan en el ámbito laboral:
En principio, cualquier profesional que tenga una empresa debería tener algún tipo de seguro de responsabilidad civil. De este modo, estará cubierto contra pérdidas financieras si sus clientes emprenden demandas por daños o perjuicios.
Los clientes de las diferentes empresas esperan que los profesionales que les atienden están plenamente capacitados para ejercer sus trabajos. En este sentido, si no se cubren sus expectativas, podrían demandar a la empresa si los servicios o productos proporcionados no cubren los estándares profesionales. Por lo tanto, cualquier compañía que brinde servicios de forma directa a sus clientes debería contar con un seguro de responsabilidad civil profesional.
Así, diferentes tipos de negocios pueden verse beneficiados de contar con un seguro de responsabilidad civil profesional:
Dentro de los seguros de responsabilidad civil profesional podemos encontrar diferentes tipos:
Como ves, obtener una póliza de responsabilidad civil es o no obligatorio según el caso. Sin embargo, si tienes un negocio es una herramienta imprescindible para proteger tu empresa ante cualquier reclamo por negligencia que puede desembocar, además, en daños financieros por tener que indemnizar a un tercero.
Aunque son las empresas grandes las que normalmente tienen mayor riesgo de enfrentar este tipo de problemas, los pequeños negocios y particulares no están exentos de sufrir esta clase de imprevistos. Por eso, nuestra recomendación es que busques asesoría en los expertos del mercado de seguros para que analicen tu situación y te recomienden la mejor protección adaptada a tus necesidades.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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