Conseguir financiar una empresa es uno de los retos más importantes que enfrentan los emprendedores, sin importar si se trata de un negocio que están poniendo en marcha o de uno que ya lleva unos años funcionando. Porque en un negocio hay que invertir de forma constante, y esto implica, en la mayoría de los casos, tener que buscar la ayuda económica de terceros.
¿Sabes cómo puedes financiar tu emprendimiento más allá del clásico préstamo bancario? Hoy vamos a explicarte varias alternativas que te ayudarán a conseguir el capital que te hace falta.
Recurrir al capital propio para cubrir las necesidades de dinero de un negocio es algo bastante común cuando se está emprendiendo. Pero esta alternativa solo es viable si tienes algunos ahorros que puedas dedicar a tu proyecto.
Si estás recibiendo una prestación por desempleo puedes capitalizar el paro y cobrar de una vez todo lo que te queda de prestación. Así consigues algo más de dinero extra para ponerlo en tu negocio.
El famoso sistema de las tres “F” anglosajón es muy útil a la hora de financiar una empresa. Se trata de pedirle dinero prestado a las personas de tu entorno.
Lo bueno es que seguramente no te van a cobrar intereses o estos serán muy bajitos. Además, tienes mayor flexibilidad a la hora de devolver el dinero.
En el caso de Pepe, cuando decidió emprender no conocía el sistema de las tres “F” como tal, pero sí sabía que su cuñado estaba en disposición de ayudarle. Así que no lo dudó y le pidió los 3.000 euros que le hacían falta para constituir el capital inicial de una Sociedad de Responsabilidad Limitada. Un año después, Pepe pudo por fin devolverle todo el dinero a su cuñado.
Los préstamos entre familia y amigos son una buena opción, pero si recurres a esta forma de financiación recuerda firmar un contrato. Así puedes demostrar a Hacienda que se trata de un préstamo y no de una donación, lo que te ahorrará unos cuantos euros en concepto de impuestos.
Los ángeles de los negocios son personas que están dispuestas a invertir en un negocio. Te prestan su dinero a cambio de la contraprestación que hayáis pactado.
La ventaja para el inversor es que puede deducirse en la cuota íntegra estatal del IRPF hasta un 20% del capital aportado a proyectos empresariales de nueva creación. Además, ganará dinero con los intereses que le vas a pagar por el dinero que te ha dejado.
La ventaja para ti es doble. Por un lado obtienes el capital que necesitas y por otro tienes a tu lado a una persona que puede tutorizarte y guiarte en tu proceso de creación de la empresa, que es algo que te vendrá muy bien.
Los fondos de capital riesgo suelen invertir en empresas de nueva creación, muy especialmente en startups. Consiguen así participaciones que venderán en un futuro con la intención de ganar más dinero.
Aunque esta es una buena forma de financiar una empresa si te hace falta mucho dinero, ten en cuenta que el fondo adquiere participaciones en tu negocio y puede influir en las decisiones a tomar. Además, con el tiempo venderá esas participaciones a un tercero que pasará a ser accionista.
A través de plataformas especializadas en este tipo de financiación puedes exponer públicamente tu proyecto y recibir aportaciones de inversores particulares. Eso sí, debes contar con una idea de negocio que sea interesante y, además, ofrecer algo a cambio de ese dinero que te están dejando.
En el caso de los creadores de videojuegos que recurren a esta financiación, es normal que se comprometan a entregar a los inversores una edición especial de su producto final. También puedes ofrecer directamente un porcentaje de las ganancias.
Es un acuerdo comercial entre empresas en el que no se presta dinero directamente, pero se comparten recursos, lo cual ayuda a ahorrar. Por ejemplo, un despacho de abogados de nueva creación puede ofrecer asesoramiento jurídico a una empresa de diseño web, a cambio de que esta le cree una página para su negocio.
A nivel estatal, autonómico y hasta local suele haber ayudas para proyectos emprendedores. Presta atención a las convocatorias de ayudas públicas y subvenciones y no dudes en presentar tu proyecto para intentar acceder a ellas.
Eso sí, asegúrate de que cuentas con un plan de negocio bien hecho que sea capaz de convencer a la institución que otorga las subvenciones de que tu proyecto se merece una de ellas.
Como acabas de comprobar, cuando se trata de financiar una empresa hay muchas más opciones además de los préstamos bancarios y las líneas de crédito, que son los recursos más típicos. No obstante, una vez que tu negocio esté en marcha lo ideal es que manejes muy bien los beneficios y los hagas crecer con inversiones inteligentes. Así, si en el futuro necesitas más dinero, podrás autofinanciar todo o parte del capital que te haga falta. ¿Quieres saber cómo hacerlo bien? Lo mejor es que te pongas en manos de expertos que te ayuden a manejar el dinero de tu negocio y a sacarle el máximo partido posible.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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