La consolidación de deudas es una manera de abordar la cuestión de tener varios frentes (de deudas) abiertos. Cuando las deudas se multiplican, puede ser una buena solución: se trata de un instrumento financiero a disposición de cualquier persona, aunque tiene sus pros y sus contras. Aquí te contamos en qué consiste y cómo funciona.
La consolidación de deudas es un instrumento financiero, o más bien una táctica, que se puede aplicar a las cuentas de una persona, que consiste en agrupar varias deudas en una sola. De esta manera, es posible simplificar el proceso de tener diversas deudas abiertas y llevar un mejor control.
La estrategia es sencilla: se contrata un nuevo préstamo para amortizar todas las deudas pendientes y pagar un único préstamo en lugar de tener varios abiertos. Con esto, además de poder llevar un mejor control financiero, es posible que puedas ahorrar dinero si el préstamo contratado para amortizar los otros préstamos tiene unos intereses más bajos que los otros préstamos abiertos.
Por poner un ejemplo, supongamos que Pepe Promedio tiene varias deudas abiertas:
Pepe Promedio puede contratar un préstamo para reunificar todas estas deudas y hacer frente solo a una. Se estará ahorrando dinero si las condiciones de este préstamo son mejores que las condiciones de los otros tres préstamos. Y además, es mucho más sencillo y fácil de controlar el proceso si se tiene un solo préstamo.
Puede resultar complicado saber cuándo es mejor adentrarte en una consolidación de deudas. Te dejamos unas cuantas pistas:
Ojo, con esto no queremos decir que no se vayan a pagar intereses, pero es posible llegar a pagar menos. Siguiendo el ejemplo anterior, es posible que los intereses que Pepe Promedio esté pagando sean del 10-14% por ejemplo en cada préstamo. Si pide uno nuevo, y liquida las otras deudas, podría quedarle un préstamo al 3-5%.
Cabe la opción de que no puedas pagar los préstamos que debes. Al pedir un préstamo para pagar esas deudas, es posible reducir la cantidad a pagar al mes si el nuevo préstamo se alarga en el tiempo. El inconveniente es que es posible que, a la larga, pagues más dinero, pero a corto plazo supondrá un alivio.
Hay varias maneras de conseguir una consolidación de deudas. Elegir la que más te conviene dependerá de varios factores:
Es posible que no se encuentre con este nombre como tal, puede ser un préstamo personal o similar. Este es el más empleado a la hora de consolidar las deudas, y el más recomendable.
Si se tiene una vivienda en propiedad, aunque aún se esté pagando, es posible acceder a un crédito donde el aval sea la vivienda en propiedad. Esta es buena opción, porque los tipos de interés no serán altos. Por contrapartida, si no se puede hacer frente al pago de este préstamo, se corre el peligro de perder la vivienda.
Si se tiene acceso a una cuenta ahorro o a un plan de pensiones, es posible pedir dinero prestado a uno mismo. La ventaja es que no se pagan intereses, ya que “se pagarían a uno mismo”. Por contra, muchas cuentas de este tipo no dejan sacar dinero o te penalizan por hacerlo; además de que no se deja crecer ese dinero.
Esta opción no es siempre factible, puesto que se trata de transferir todas las deudas de tarjeta de crédito a una sola tarjeta. Esto suele desembocar en pagar menos intereses, aunque puede implicar el pago de comisiones.
La consolidación de deudas es un instrumento financiero, o más bien una táctica financiera, para unificar todas las deudas en una sola y así poder pagar menos intereses y tener más control sobre la deuda.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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