¿Alguna vez has pensado en por qué te cuesta tanto decidirte por algo? Si eres de esas personas indecisas, que no saben si ir a cenar a un restaurante u otro, a las que les cuesta decidir el hotel para sus vacaciones, debes saber que es por el coste de oportunidad. Al tomar una decisión, estás dejando de lado la otra opción, por lo que estás perdiendo sus beneficios. En este post te hablamos del coste de oportunidad y su influencia en la economía.
En la vida estamos constantemente tomando decisiones, por lo que resulta interesante saber cuál es la mejor opción. Ante una decisión, el coste de oportunidad es el valor de la opción que no has elegido.
El coste de oportunidad es un concepto ligado a la economía, que trata de valorar la mejor opción que no se ha realizado, cuando se elige entre varias opciones. Esto se traduce en valorar lo que se ha dejado de ganar por tomar una u otra decisión. Es decir, el coste de oportunidad es el coste que pierdes por una mala elección.
Económicamente hablando, el coste de oportunidad es un valor muy importante, pues con esta cifra puedes conocer los recursos que estás perdiendo, o los que estás dejando de ganar, por tomar una decisión u otra.
El coste de oportunidad se puede aplicar a diferentes situaciones y economías: desde a la vida privada de una persona, a una empresa, a un fondo de inversión, e incluso a la economía política.
Las personas decidimos constantemente entre una cosa u otra. Solo al decidir qué vas a cenar hoy, estás dejando de lado muchas otras opciones, con su coste de oportunidad. En este caso, tu cerebro analiza el coste de oportunidad en solo unos segundos y se decide por una u otra opción.
Pero también existe un coste de oportunidad en las finanzas personales, que se centra en los recursos que podrías ganar, según la manera en que inviertas tu dinero. Si mantienes tus ahorros en tu cuenta bancaria tu coste de oportunidad será de un interés determinado, que podrías aumentar si depositas tus ahorros en algún activo financiero, como un depósito, acciones o fondos de inversión.
Otro ejemplo sobre el coste de oportunidad es decidir el tipo de inversión. Por ejemplo, comprar una casa o invertir en acciones. El coste de oportunidad es la diferencia entre una opción y la otra.
En las empresas también existe el coste de oportunidad, pues diariamente se toman decisiones en las que está presente este concepto. Desde qué hacer con los beneficios, hasta otras cuestiones como cambiar o no los equipos de trabajo.
Por ejemplo, la decisión de comprar nuevos equipamientos con la liquidez disponible o hacerlo mediante financiación. Si la empresa opta por usar la liquidez, el coste de oportunidad serían las deducciones que se podría haber aplicado en caso de haberlo financiado.
El coste de oportunidad también es aplicable en política, pues los gobiernos son gestores de dinero público y deben elegir cómo obtener más recursos para lograr el mayor bien posible para sus ciudadanos.
Un ejemplo de ello es la decisión de en qué invertir el dinero. Puede optarse por invertir en armamento o por hacerlo en mejorar la sanidad. O por una mezcla de ambas opciones. El Estado invierte según las necesidades de la ciudadanía, pero cada elección tiene su coste de oportunidad.
El coste de oportunidad es un concepto que mide lo que se ha “perdido”, o mejor dicho, lo que se ha dejado de ganar, según se elija una opción u otra. Recuerda que es un término usado en casi cualquier ámbito de la vida: en la vida cotidiana, en las empresas privadas y públicas, en los gobiernos y en la inversión de finanzas.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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