Por desgracia, a lo largo del último año se ha oído hablar mucho de los términos ERTE y ERE. No es que antes fueran desconocidos, pero debido a la pandemia mundial ha habido muchas empresas que han tenido que recurrir a estos dos instrumentos. Pero, ¿sabes diferenciar un ERTE de un ERE? Si no es así, presta atención a este post.
Antes que nada, vamos a explicar de qué estamos hablando. El ERTE y el ERE son dos instrumentos legales utilizados por las empresas como respuesta a diferentes situaciones económicas, técnicas, organizativas o de producción por las que atraviesan.
Cualquier empresa puede atravesar un bache, debido a circunstancias de la producción o del propio mercado para el que trabaja. De hecho, debido a la pandemia, muchas empresas han bajado el nivel de producción al mínimo o incluso han tenido que cerrar, por lo que sus trabajadores han sido despedidos. El ERTE y el ERE son instrumentos para este tipo de ocasiones, y en este post vamos a definirlos para que conozcas las diferencias.
ERTE es el acrónimo de Expediente de Regulación Temporal de Empleo. Y es en la letra T donde radica la gran diferencia entre un ERTE y un ERE: la temporalidad. El ERTE está presente en el artículo 47 del Estatuto de los Trabajadores, y está a disposición de las empresas para poder suspender, de manera temporal, a parte o a la totalidad de la plantilla.
La aplicación del ERTE puede ser tanto una reducción en la jornada de trabajo, de entre un 10% y un 70%, como una suspensión total del contrato.
Las causas para aplicar un ERTE pueden ser económicas, técnicas, organizativas, productivas o por fuerza mayor. Estos son los requisitos para poder iniciar un ERTE:
Un ejemplo claro de aplicación de ERTE ha sido la pandemia. Muchas empresas durante el confinamiento tuvieron que parar su producción, por lo que ninguno de sus trabajadores iba a trabajar. El ERTE fue la solución para que la empresa no tuviera que cerrar y los trabajadores tuvieran un empleo en el futuro.
ERE es el acrónimo de Expediente de Regulación de Empleo y viene recogido en el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores. Se utiliza cuando la empresa cierra por motivos justificados, ya sea por una bajada de la producción o por un problema económico.
A veces también se utiliza para despedir a una parte de la plantilla, a pesar de que no haya un cierre total de la empresa. Por lo que, como hemos indicado, la gran diferencia es que en el ERE la extinción del contrato es definitiva.
Pongamos un ejemplo: el cierre de una empresa con 50 trabajadores. Si la empresa debe cerrar porque el producto que fabrica ya no tiene demanda y, por lo tanto, no obtiene beneficios, debería abrir un ERE como primer paso para el cierre. Ante un ERE los trabajadores tienen derecho al desempleo y a percibir una indemnización por despido.
Como has visto, la gran diferencia entre un ERTE y un ERE es la temporalidad. Los dos son instrumentos que tienen a mano las empresas para reducir el número de trabajadores, ya sea de manera temporal o definitiva. Pero para poder utilizar estos instrumentos, la empresa debe mostrar, con datos y de manera rigurosa, la justificación para su aplicación.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
Si quieres disfrutar de tanta libertad financiera como yo, te interesa este curso gratuito: