Vamos siempre corriendo de un lado para otro, apenas tenemos tiempo para nuestros seres queridos y, muchas veces, vivimos con el agobio de cómo vamos a afrontar nuestro futuro económico. Pero, de vez en cuando, sucede algo que hace que nuestra vida se pare en seco y descubramos lo que de verdad es importante: el bienestar familiar, que va asociado al bienestar económico.
Tus recursos económicos influyen de manera importante en el bienestar de la familia a todos los niveles. Por ejemplo, si no tienes recursos suficientes, no podrás sufragar los estudios universitarios de tus hijos, o hacer con tu pareja ese viaje que lleváis años soñando.
Por eso, es hora de hacer un análisis exhaustivo de todos los gastos que tienes y dar así el primer paso hacia tu libertad financiera. Porque, si sabes cómo empleas tu dinero, puedes ver fácilmente de qué gastos podrías prescindir, y así disponer de más recursos para destinarlos al ahorro y luego invertir.
Aquí te dejamos algunas de las acciones que puedes implementar para empezar a poner en orden tus finanzas:
Haciendo ajustes de ese tipo, ya estás caminando hacia la sostenibilidad económica, otro concepto importante que debes conocer bien.
Es el proceso por el que rentabilizas el dinero y conviertes tus ingresos en riqueza. El objetivo es llegar a ser una persona independiente desde el punto de vista económico. Pero debes tener en cuenta que el proceso dependerá de tus necesidades, tu estilo de vida, tus ingresos y tus gastos, entre otros factores.
Podemos decir que has alcanzado el punto de sostenibilidad cuando tus recursos económicos son suficientes para satisfacer tus necesidades actuales y, a la vez, dispones de dinero suficiente para atender también a las necesidades futuras. Es decir, cuando puedes garantizar el bienestar familiar a nivel económico.
Si estás en una situación en la que un imprevisto a nivel económico no descuadra todas tus cuentas y te obliga a hacer malabares con el dinero, enhorabuena, has conseguido una economía personal o familiar saneada y sostenible.
Lo primero a tener en cuenta es que se trata de una carrera de fondo. Del mismo modo que si te pones como meta correr una maratón, empezarás a entrenar y a correr de forma progresiva, estableciendo objetivos intermedios, solo lograrás tu seguridad económica tras un largo proceso. Deberás tener paciencia. Esta es una de las lecciones más valiosas que ha aprendido Pepe Promedio. Ahora sabes que pensar a largo plazo es esencial cuando se busca conseguir una buena situación a nivel económico.
¿Tener un buen trabajo es haber logrado la seguridad económica o financiera? Realmente no. Alcanzar el punto de sostenibilidad económica no te permitirá dejar tu trabajo, pero sí podrás dejar de preocuparte por perderlo.
Es la libertad financiera la que te permite vivir sin necesidad de trabajar, y esta se obtiene en el momento en que los ingresos pasivos (como los dividendos, las rentas por alquileres, intereses…) superan a los gastos.
Ahora bien, si tu objetivo es lograr la libertad financiera, deberás pasar por la fase de seguridad. Este paso es imprescindible para mejorar el bienestar económico.
Este es el primer paso. Si nuestras deudas superan nuestros ingresos, está claro que nunca vamos a tener tranquilidad a nivel económico. Por eso, debemos procurar que nuestro nivel de endeudamiento se mantenga dentro de un límite que podamos asumir.
Esto nos permitirá afrontar a tiempo todos los pagos pendientes y evitará que se puedan empezar a acumular intereses de demora, lo que provocaría que la deuda siguiera creciendo y creciendo.
La clave para lograrlo radica en tener muy presentes cuáles son los gastos que debes priorizar y de qué lujos puedes prescindir. Piensa muy bien antes de comprar algo: ¿realmente necesitas unos vaqueros nuevos? ¿Es vital cambiar de móvil cada año?
No basta con gastar menos de lo que ingresamos. Además, debemos ahorrar una parte de esos ingresos que no van destinados a cubrir gastos. El objetivo final es tener dinero para poder cubrir imprevistos en caso de que estos surjan y, a la vez, disponer de recursos económicos de cara al futuro.
De este modo, evitas que te roben el dinero y la tranquilidad. Nos han intentado hacer ver que las deudas son un mal necesario, pero lo mejor es tratar de evitarlas siempre.
Los préstamos, las tarjetas de crédito y las deudas, en general, solo significan una cosa: estás gastando lo que no tienes. Y esto no es más que una ventana abierta a la intranquilidad, porque las deudas no solo afectan a tu cuenta bancaria, también te afectan personalmente e influyen para mal en el bienestar familiar, porque pueden ser fuente de problemas.
Es prioritario pensar muy bien para qué quieres el dinero. Una situación económica solvente no solo te facilita tener una casa y comida en la mesa: también te brinda satisfacción, bienestar y momentos de ocio y relax.
Para tener éxito a la hora de establecer las prioridades, tienes que diferenciar entre aquello que realmente necesitas y aquello que solo deseas, pero no te hace falta. Al hacerlo, empezarás a gastar mucho menos. El dinero te cundirá más, incrementando tu capacidad de ahorro y haciendo crecer la cantidad que puedes dedicar a inversión.
A fin de que establecer prioridades financieras te resulte más sencillo, es importante que conozcas las diferentes necesidades que tiene el ser humano y cómo influyen en nuestro bienestar.
Infórmate y aprende. Existen muchas formas y productos financieros para promover el ahorro. Puedes conseguir mucha información gracias a los miles de recursos que hay en internet. Pero también puedes buscar el asesoramiento de expertos en finanzas.
Siempre es buena idea poner tu dinero a trabajar por ti. Para ello, lo primero que debes hacer es ahorrar, pero esto por sí solo no será suficiente. El siguiente paso es invertir ese ahorro de la mejor manera: sin complicaciones y a largo plazo.
Es importante repartir los riesgos, evitando acumular todo nuestro dinero en un solo título o instrumento financiero. En el mercado tenemos fondos, la bolsa, PIAs… las opciones son muy variadas y, cuantos más productos de inversión tengas, más disminuyes el riesgo de quedarte sin nada si las cosas van mal.
Además, es importante que una parte de los ahorros estén invertidos en productos financieros líquidos. Esto te permitirá acceder rápidamente al dinero si tienes una urgencia económica.
En cualquier caso, conviene que analices bien tu situación y contemples diferentes opciones. Solo así podrás elegir con conocimiento de causa.
Para alcanzar el bienestar económico es esencial tener paciencia y perseverar. Cualquier proyecto necesita tiempo para llevarse a cabo y concretarse. Así que no desesperes. Céntrate en la disciplina y en la insistencia. No pospongas decisiones y no temas a los posibles sacrificios. Al final, habrá valido la pena.
Un buen apoyo para lograr la seguridad económica es invertir en un seguro de vida y accidentes. Esta simple acción resulta fundamental para sentir tranquilidad y garantizar el bienestar familiar si llegara a pasarte algo.
Otra buena forma de estar protegido frente a los imprevistos es contar con un fondo de emergencia. Este cumple las siguientes funciones esenciales para tu economía:
De esta forma, con un plan de emergencia no sólo te proteges de los imprevistos, también aseguras tus proyectos de futuro.
El mayor beneficio de haber previsto un fondo de emergencia es el bienestar y la tranquilidad que te proporcionará a ti y a tu familia saber que estás cubierto ante cualquier imprevisto. Cuando una situación imprevista te suceda, evitarás utilizar la tarjeta o pedir préstamos, es decir, encarecer tu vida, y podrás mantener intacto tu ahorro o inversión para tu futuro y el de tu familia.
Este cálculo varía en función de cuál es tu estilo de vida y tus necesidades. Influyen diferentes factores:
Normalmente, se recomienda una cantidad equivalente a tus gastos corrientes mensuales multiplicado por 3, 4, 5 o 6 meses.
No es necesario que lo ahorres todo de golpe, pero sí debes darle prioridad sobre cualquier otra inversión, precisamente para mantener su utilidad real. Puedes empezar con una cantidad de, por ejemplo, 1000€, e ir añadiendo un poco todos los meses hasta llegar a alcanzar tu objetivo.
Intenta ser disciplinado, y dale importancia a contar con este fondo de emergencia. De lo contrario, pasarán los meses y lo que es una buena idea se habrá convertido en papel mojado.
Reserva una parte de tus ingresos para crear el fondo, estableciendo una cantidad fija mensual y establece un plazo para llegar a tu objetivo. De esta forma, serás sistemático a la hora de ahorrar ese poquito cada mes que va destinado a este fin. Además, cuentas con algunas utilidades o trucos que te ayudarán a llegar a tu objetivo con menor esfuerzo:
Recuerda que, al tratarse de un fondo de emergencia, la característica principal que debe tener el lugar en el que guardarás tu dinero es que te permita tener un fácil y rápido acceso para así poder hacer frente al imprevisto.
La herramienta que elijas debe tener liquidez, es decir, que te permita acceder a tu dinero sin restricciones. Por ejemplo, un depósito a plazo fijo puede ser una opción segura, pero penalizarte en caso de que quieras utilizar tu dinero antes del periodo estipulado.
Algunas de las mejores opciones son:
Ten en cuenta dos elementos importantes:
Como has visto, si aún no dispones de un fondo de emergencia, es urgente que lo pongas en marcha cuanto antes, porque mejora tu seguridad económica y el bienestar familiar. Es fácil, no requiere un gran sacrificio. A cambio, te dará estabilidad en tu economía presente y protegerá tus planes económicos para tu futuro.
Si has planificado el proceso y establecido metas y objetivos realistas y medibles, lo sabrás. Pero, para asegurarte, existen dos formas muy sencillas de saber si has alcanzado la seguridad económica.
Para llegar a este punto vas a tener que hacer pequeños esfuerzos, pero ten siempre presente que todo lo que haces mejora tu salud financiera.
Desde un punto de vista técnico, podemos definirla como el estado en el que una persona dispone de recursos económicos suficientes para hacer frente a sus obligaciones financieras. Esto le permite tener mucha más tranquilidad, al saber que puede hacer frente a sus deudas sin ningún problema.
Si no queremos ser tan técnicos, simplemente podemos decir que tener buena salud financiera implica tener dinero suficiente para cubrir nuestros gastos y además poder ahorrar. Visto así, está claro que uno de nuestros objetivos debería ser mejorarla lo máximo posible.
Para llegar a este punto lo que hacemos es aplicar el wellness financiero, con estrategias como las que hemos visto hasta ahora. Esto tiene un impacto directo sobre tu salud, porque, si tienes deudas que no puedes cubrir o puedes cubrir pero con mucho esfuerzo, también tienes preocupaciones a corto, medio y largo plazo. Esto influye negativamente en la percepción que tienes de tu calidad de vida y te priva de disfrutar de algunos placeres como hacer un viaje o comprarte algún capricho.
Una buena prueba de lo importante que es la salud financiera es que cada vez son más las empresas que se están preocupando por el wellness financiero, al ser conscientes de que un trabajador menos agobiado por su situación económica está mucho más motivado para trabajar y es más productivo.
Las herramientas que se usan en estos casos son muy variadas. Desde que sea la propia empresa la que ofrezca financiación a unos intereses bajos, a cursos sobre finanzas, e incluso poner a expertos en finanzas a disposición de los empleados para que aprendan a gestionar sus recursos económicos.
El nivel de bienestar financiero en cada persona es diferente, puesto que no todos tenemos los mismos gastos ni las mismas necesidades. Hay quien satisface sus necesidades con muy poco y quién necesita mucho dinero para conseguirlo.
En líneas generales puedes estar seguro de que has alcanzado tu bienestar financiero si tienes recursos suficientes para cubrir tus necesidades básicas y además puedes dedicar dinero a cosas que te gustan, sin sentirte constantemente limitado por tus recursos económicos.
Algunos de los indicadores financieros más habituales para medir el bienestar financiero son:
Como has visto, el wellness financiero está estrechamente ligado con tus finanzas personales. Por eso, debes ser consciente de que tienes que controlar tus finanzas para alcanzar el bienestar. Plantéate cuáles son tus motivaciones, tus sueños y tus objetivos, y qué recursos necesitas para conseguirlos.
En muchos casos, alcanzar el bienestar económico, familiar y personal no es sencillo. Por eso, lo que nosotros te recomendamos es que te formes y aprendas más sobre gestión de finanzas personales, dejando además que un asesor experto te guíe y te ayude a establecer tus metas y un plan para alcanzarlas.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
Si quieres disfrutar de tanta libertad financiera como yo, te interesa este curso gratuito: