Una de las maneras de que tu dinero no se vaya depreciando con el tiempo por el mero hecho de tenerlo parado en el banco, son las inversiones financieras. Pero, ¿qué tipos de inversiones existen? ¿Cuál es la relación entre beneficios y riesgos? ¿Cómo funcionan? Estas son las principales preguntas que alguien que no conoce el mundo de las inversiones puede hacerse. Vamos a intentar resolverlas.
Una inversión consiste en asignar una determinada cantidad de dinero a un activo que te va dar rentabilidad en un determinado plazo de tiempo. Si todo va bien, claro. Porque una inversión también puede no generar los beneficios deseados. O incluso puedes perder el dinero que has destinado a la misma.
Si quieres invertir, pero no eres experto, puedes hacer como Pepe Promedio y dedicar algo de tu tiempo a formarte sobre conceptos básicos. Si estás leyendo este artículo, acabas de dar un buen primer paso.
Son dos los tipos principales de inversión:
Los dos tipos de inversiones tienen a su vez una gran cantidad de subtipos. Vamos a destacar los principales tipos de inversión dentro de los dos tipos que hemos comentado:
Se trata de una inversión financiera en la cual el inversionista va depositando dinero de manera fija durante un tiempo establecido y, a cambio, recibe un rendimiento por el dinero invertido, que puede ser fijo o no. Esta es una inversión de poco riesgo, y acorde al riesgo que se asume van los beneficios, que también son bajos. Suele estar enfocada para personas inexpertas en inversiones, y personas con un horizonte temporal corto-medioplacista.
Las inversiones de renta variable son también una inversión financiera. Funcionan igual que las inversiones de renta fija, pero en este caso no se conoce la rentabilidad ni se garantiza que la haya. Es una inversión con mayor riesgo, pero el beneficio puede ser mayor. Aunque también se puede llegar a perder dinero, si no se establece la inversión para un horizonte temporal largoplacista.
Este es uno de los tipos de inversiones más populares y conocidos. Aquí es posible la compraventa de acciones o instrumentos financieros dentro de un mercado de valores. Digamos que puedes comprar una porción de una empresa y venderla cuando quieras. Es una inversión de fácil acceso, no requiere una cuantía mínima, pero se necesitan conocimientos para poder obtener beneficios.
Otra de las inversiones financieras más comunes es la compra y venta de divisas, como puede ser el dólar, el euro, el yen o cualquier moneda de curso legal que exista. El objetivo es comprar para luego vender cuando el valor de la divisa suba. Es parecido a la bolsa, pero con la diferencia de que, por lo general, es una inversión con mucha liquidez.
Una de las inversiones físicas más usadas es la inversión en materias primas. Por materias primas entendemos, por ejemplo:
Estos son productos que se obtienen de la naturaleza, que tienen un valor y que se compran para hacer otro tipo de productos o para ser usados, como la energía.
La inversión en ladrillo es otra de las inversiones físicas más usadas, ya que los bienes inmuebles no suelen perder el valor que tienen, aunque podría suceder, como ocurrió los años posteriores a la crisis financiera de 2008. Aunque por lo general, con el paso del tiempo suelen revalorizarse. Como toda inversión, tiene riesgo, pero lo normal es que se pueda rentabilizar la compra de inmuebles en el largo plazo, ya sea comprando y alquilando, o comprando y vendiendo unos años después.
Todas las inversiones implican un riesgo, porque el mercado puede sufrir diferentes vaivenes. Lo que ahora da buen rendimiento, podría no hacerlo dentro de unos meses. Es precisamente por ello, que la estrategia de inversión más inteligente es la que se basa en la diversificación.
Se trata de repartir el dinero entre diferentes productos. Así, si uno deja de ser rentable, las ganancias generadas por el resto compensarán la pérdida.
Estos que hemos visto son algunos de los tipos de inversiones más conocidos y utilizados, pero hay muchos más. Debes tener claro que, a mayor riesgo mayor rentabilidad, y viceversa. Por lo que antes de invertir, te recomendamos asesoramiento para tener las cosas claras. De hecho, así lo hicieron Pepe Promedio y su familia y, después de asesorarse, ahora pueden disfrutar de la tan ansiada libertad financiera.
Queremos explicarte el caso de Luis Pita...
Mi nombre es Luis y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2038.
Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.
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